viernes, 12 de abril de 2013

Diferencia entre bulimia y anorexia.

La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea obeso aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. En consecuencia, se inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos

En la bulimia se produce ingestión masiva y descontrolada de alimentos, por lo general dulces, seguida de repetidos vómitos, inicialmente provocados pero que con el tiempo se tornan actos reflejos. A veces es asociada a un uso excesivo de laxantes y diuréticos. Todos los anteriores, por lo general, no alcanzan el objetivo deseado de pérdida de peso, y se acompaña de una sensación de depresión al acabar de comer.

Algunos autores consideran la anorexia nerviosa y la bulimia como enfermedades distintas, mientras que otros clasifican a la bulimia como una variante de la primera, existiendo síndromes mixtos de estos trastornos.

jueves, 11 de abril de 2013

Diario de una anorexica


Diario de una anorexica


Diario de una anorexica


Victimas de la bulimia y anorexia



Diario de una anorexica


¿Por qué se ha disparado el número de casos?



¿Por qué se ha disparado el número de casos?
Han bastado diez años para que las cifras sobre incidencia de anorexia y bulimia en nuestro país se equiparen a las del resto de los países europeos, convirtiéndose así en la tercera enfermedad (la primera es el asma, y la segunda la obesidad) más frecuente entre los adolescentes. Ahora, aproximadamente, una de cada 100 adolescentes de entre 14 y 18 años cae en las garras de la anorexia, mientras que un 2,4% desarrolla bulimia. Y no sólo el sexo femenino (la anorexia nerviosa afecta 15 veces más a mujeres que a hombres) se está enganchando a los trastornos de la alimentación, también los varones han empezado a verse reflejados significativamente en las estadísticas.
Las investigaciones realizadas en España están aportando ya algunas respuestas al porqué de este aumento espectacular de casos, así como las razones que justifican esta alarma: los cambios sociales, un mejor diagnóstico, un nuevo comportamiento de la enfermedad y un conocimiento mayor de las consecuencias físicas de padecer trastornos de la alimentación